Son aquellos que no representan una de las dos fuerzas en conflicto,
sino que se suman a una de las dos, dando su apoyo ya sea al
protagonista o al antagonista.
No hay que creer que por ser secundarios, estos personajes tienen
menos importancia dentro de la obra.
Lo que sucede es que el conflicto no está centrado en ellos, pero su
acción es igualmente definitiva para el desenlace de la obra y su
presencia es esencial. |