Constituyen la encarnación de aquellas cosas abstractas, que no son
personas. Evidentemente, estos son personajes simbólicos, a los que se
les dan las características de aquellas cosas a las que representan.
Esto ocurre en aquellas obras donde participan como personajes "La
Primavera", por ejemplo, o La Muerte, representada como una mujer
vestida de negro, que aparece de pronto.
Por ejemplo en "Bodas de Sangre" de Federico Lorca existen dos
personajes de este tipo: La mendiga (representa a la muerte) y La Luna.
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